martes, 4 de agosto de 2015

Si lo miras de esta manera, todo mejorara.

LA INCONFORMIDAD DEL AHORA!

Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal para amar, creer, hacer y principalmente vivir
 – Dalai Lama


El ser humano es una raza inconformista por naturaleza. Dejando de lado toda connotación negativa que el inconformismo pueda llevar, fue aquel sentimiento quien nos llevó a superarnos con el tiempo. El querer ir más rápido de un lugar a otro, el buscar poder fabricar más y mejor cantidad de objetos, el encontrar la manera de salvar más vidas, de ampliar el conocimiento al mundo, en conclusión: el querer vivir mejor.

AÑORAR LO PASADO 

“Todo tiempo pasado fue mejor” o “Qué épocas aquellas” son los latiguillos favoritos de aquellas personas que deciden vivir su vida sumergidas en la nostalgia eterna. Creer que en el pasado se vivía mejor o simplemente añorar esos eventos, circunstancias, situaciones o mundos paralelos, que pudieron ser pero no fueron. ¿Qué hubiera pasado si ….? es quizás de las preguntas más inútiles que nos podemos formular, simplemente porque no tiene una respuesta real, tangible. Siempre quedarán en teorías de un entorno invisible. Y sin embargo muchas veces nos basamos en esas hipótesis para redireccionar nuestro incierto futuro. Lamentablemente o no, nuestro pasado es historia escrita, y nada podemos hacer para reescribirla.


VIVIR ADELANTADO
Vivir en el mañana tampoco sirve. Pensar siempre en lo que viene después. Desde a dónde me voy a ir de vacaciones el próximo año, qué voy a hacer mañana, o simplemente preocuparse por el tráfico que habrá si salgo 10 minutos más tarde del colegio.
Ninguno de nosotros sabe que pasará el año entrante, o el mes siguiente, o mañana, o en una hora. Pero el creernos eternos nos invita a pensar siempre en un futuro mejor, colocando la venda que nos impide ver el presente.


VIVIR EL AHORA
Vivir el ahora es quizás una de las lecciones más complejas que debe aprender el ser humano. A los 20, estás en la universidad y quieres volver a la secundaria. A los 25, tenes el auto y el trabajo, y ansias volver a la facultad. A los 30, tienes a tu mujer, tu primer hijo, tu casa, y quieres volver a la libertad de los 25. A los 40, tenes tu vida hecha y derecha, y lo único en lo que piensas es en volver el tiempo atrás. Finalmente a los 60/70/80 la única pregunta que ronda tu cabeza en ¿Cuándo me pasó la vida que no la vi?. Disfrutar del presente es volver a ser niños, cuando nuestra única preocupación era saber donde íbamos a salir a jugar, o como dicen “colorear sin salirse de los bordes”. Si te enfocas en lo que dejaste atrás, jamás podrás disfrutar de lo que estás viviendo.